viernes, 31 de enero de 2014

MONS. FELLAY: ABUSOS CONTRA LOS DOMINICOS DE AVRILLÉ.-


Artículo basado en esta información del foro Un évêque s’est levé: aquí y acá:

Un nuevo convento de dominicos ha sido fundado por la Fraternidad en Bélgica el pasado 13 de noviembre.   Los dominicos que lo integran son cinco.

Estos cinco monjes salieron de Avrillé en diferentes fechas, algunos de ellos secretamente, siendo recibidos en diversos prioratos y casas de la Fraternidad, siendo que, según el derecho canónico, ellos deberían ser considerados fugitivos y apóstatas (cánones 644 § 1 y 2, y 2385). Su situación es evidentemente ilegítima, no solamente por la manera en que se fueron, sino por el hecho de mantenerse fuera de la obediencia que se debe a sus superiores.

Desde entonces han estado ejerciendo su ministerio portando el hábito dominico (lo que va contra las constituciones de esta orden religiosa y del canon 639) con el permiso de Monseñor de Galarreta, el cual, por cierto, no es su superior.

Monseñor Fellay pidió a los dominicos de Avrillé aceptar la creación de un convento filial, con los monjes que se habían separado de la comunidad. Pero el padre Pierre Marie (prior de Avrillé) no era favorable a esta fundación. Debido a la insistencia de Monseñor Fellay, el padre Pierre Marie cedió, pero con la condición de que el nuevo convento estuviera bajo la jurisdicción de Avrillé, y que Avrillé nombrara al superior del nuevo convento. Monseñor Fellay dio su palabra, hizo el compromiso formal que el convento no se crearía si no se cumplían estas condiciones, además se comprometió a que si los  monjes no las aceptaban, Monseñor Fellay les pediría que dejaran el hábito y a que no fueran recibidos como dominicos en los prioratos de la Fraternidad, como había venido sucediendo durante mucho tiempo.

Los dominicos de Avrillé ofrecieron que el convento se creara en Bélgica, en una propiedad que les había sido ofrecida, pero repentinamente, Monseñor Fellay cambió de parecer. Faltando a su palabra, dio la orden de fundación del convento, lo que sucedió en noviembre del año pasado, quedando establecido bajo la jurisdicción directa de Monseñor de Galarreta, el cual nombró al nuevo superior. Pero en última instancia, el verdadero superior es Monseñor Fellay. El convento fue fundado en la misma propiedad que Avrillé había ofrecido inicialmente.

 Los Dominicos con gran asombro se enteraron de la ruptura del compromiso por medio de rumores, trataron de averiguar el por qué. La razón evidente, por supuesto, es que Monseñor Fellay ya no les “tenía confianza” debido a su “intransigencia doctrinal » (respecto al acuerdo con Roma). Recordemos que en 2012, Monseñor Fellay negó la ordenación a los seminaristas dominicos y capuchinos.

Monseñor Fellay pasó por encima de las constituciones de la orden dominica, además no respetó lo que la Fraternidad tenía establecido en relación con las comunidades de la tradición, e incluso su decisión la tomó sin consultar a los 5 padres fundadores del nuevo convento en Bélgica.

Por lo tanto, Monseñor Fellay es el único responsable.

La posición de Monseñor Lefebvre respecto a las comunidades amigas, fue siempre la de un padre, dando consejos, apacentando los espíritus, pero sin jamás querer reemplazar al superior de la orden ni imponerse en los asuntos internos de los religiosos. Desgraciadamente, desde hace mucho tiempo, Monseñor Fellay y Monseñor de Galarreta han dejado de cumplir con este papel, poniendo aceite en el fuego al querer intervenir directamente en los asuntos de los dominicos. Este es otro triste episodio más que demuestra que Monseñor Fellay no está en su lugar como superior general: se confunde con el jefe de un partido único.

El Padre Schmidberger, recuerda en su carta del 27 de mayo de 1991 dirigida a los monasterios y conventos de la Tradición, qué autoridad tiene la Fraternidad sobre las comunidades amigas:

La situación actual de Roma, que ya dura veinte años, y la de los ordinarios de los lugares nos impide recurrir, como ustedes saben,  a la autoridad eclesiástica diocesana o romana para todo lo que concierne a los votos de religión, la vida común, etc.Es por eso que algunos de entre ustedes recurrieron frecuentemente, estos últimos años, a Monseñor Lefebvre como una autoridad de suplencia. A decir verdad, el fue más un Padre, consejero y amigo que autoridad en el sentido jurídico.Después de su muerte, el Consejo general de la FSSPX pidió a Monseñor Fellay que cumpliera con este papel, según la intención expresada en vida por nuestro Fundador.Es en este espíritu de servicio que Monseñor Fellay ejercerá este oficio, no en tanto miembro de la FSSPX, sino como obispo católico. Cada comunidad es absolutamente libre de dirigirse o no a él. Ni él, ni la Fraternidad tienen la mínima intención de meter las manos en las otras comunidades, de la manera que sea. También habrá que ver en su acción, el ejercicio de una jurisdicción extraordinaria y no ordinaria, hasta el día que en la Iglesia las cosas vuelvan al orden. Permítanme expresar en esta carta nuestro ardiente deseo de mantener con ustedes los lazos de profunda amistad que nos han unido desde hace muchos años.